Los vehículos autónomos van a cambiar el mundo
Dentro de unos pocos años, los únicos dueños de autos serán los aficionados, los coleccionistas y los amantes de los motores rápidos. Todos los demás preferirán compartir.
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A principios del 1900, los caballos aún eran símbolo de estatus como medio de transporte. Pero la invención del automóvil y la irrupción de la línea de montaje de Henry Ford cambiaron el mundo.
Poco más de 100 años después, se aproxima un nuevo cambio, el que ahora dejará en el baúl de los recuerdos al automóvil personal.
Tu próximo vehículo -o quizás el de tus hijos- posiblemente se conduzca por sí solo. "La tecnología ya existe", dijo recientemente Barack Obama.
La Casa Blanca impulsará un sector que considera "más seguro, más limpio, más accesible y más eficiente". Es un paso estratégico que ayudará a las empresas del país del norte a culminar la búsqueda de un vehículo 100% autónomo.
"Ahora mismo muchísima gente muere en nuestras carreteras. Solo el año pasado fueron 35.200 las víctimas. El 94% lo hicieron a causa de un error humano o de una mala decisión", dijo el presidente de los Estados Unidos, en un artículo publicado en el Pittsburgh Post-Gazette que cambiará la historia del transporte: "Los vehículos autónomos tienen el potencial para salvar decenas de miles de vidas cada año", añadió Obama en el diario de la primera ciudad de Estados Unidos en la que se puede pedir un Uber y llegará un auto sin conductor.
El Gobierno federal se ha volcado en el desarrollo del vehículo autónomo, a pesar de que muchos estados del país han creado recientemente restrictivas legislaciones que impiden probar estos autos o que circulen por sus calles y autopistas.
Obama es consciente de la posición de Estados Unidos en un sector clave para el futuro del transporte: compañías como Google, Tesla o la propia Uber lideran las principales investigaciones para desarrollar vehículos totalmente autónomos en un rubro en que los fabricantes tradicionales no quieren dejar escapar. Entre estos últimos, están las gigantes estadounidenses Ford o General Motors, que también luchan por lograr sus propios vehículos autónomos.
La competencia al liderazgo estadounidense llega desde Europa, -marcas como Volvo, Mercedes-Benz, BMW y Renault ya trabajan en el desarrollo de vehículos autónomos- y desde Asia, con Toyota o Lexus en cabeza.
No obstante, en esta industria no puede darse nada por sentado y todo puede cambiar en cosa de meses: Singapur es la primera ciudad del mundo por la que circulan taxis sin conductor en un proyecto conjunto de una startup estadounidense que provee la tecnología y la francesa Renault, que aporta los autos.
El presidente Obama ha garantizado US$ 4.000 millones de inversión federal en 2017: en 10 años quiere vehículos autónomos circulando con seguridad por Estados Unidos porque para él "la tecnología no es tener el último cacharrito o aplicación. La tecnología es hacer que la vida de la gente sea mejor".
Pero habrá que ver qué decide su sucesor: si pone el pie en el acelerador o frena en seco este proyecto.
La llamada eficiencia
Los autos autónomos podrían permitir que las ciudades reduzcan en 90% del parque automotor y a la vez transportar al mismo número de personas. Para otros, provocarán el caos. Los críticos de la tecnología afirman que lo mejor de la edad del automóvil fue que empleó a decenas de millones de personas para construir, vender, asegurar y conducir los vehículos. En los siguientes 20 años, la mayoría de los hombres poco cualificados que conducen los camiones, taxis y autobuses se quedarán sin sus empleos. Los gobiernos y las ciudades perderán ingresos provenientes de los estacionamientos, las multas por exceso de velocidad y los impuestos sobre la bencina.
La industria automotriz -dicen algunos- está atemorizada. El número reducido de automóviles del futuro podrían ser construidos por compañías tecnológicas como Apple, Baidu y Google.
No obstante, lo que se verá en un futuro cercano será un cambio en las reglas del juego. A saber: la tasa de utilización de los automóviles en Estados Unidos es de aproximadamente 5%. Para el 95% del tiempo restante (23 horas), los autos permanecen inmovilizados. Así y todo hay que destinar gastos para la mantención y el seguro.
¿Qué pasa, si como una segunda vivienda, la propiedad de los autos fuera compartida? Dentro de una generación, los automóviles serán dotados de lo que se conoce como autonomía de nivel 4 -inteligencia artificial que permitirá que los vehículos se conduzcan por sí mismos-, escenario que no solo va a cambiar las reglas del juego, sino que va a generar un caos entre todos quienes participan en el negocio.
La autonomía hará posible que el usuario llame a un automóvil sin conductor a su ubicación, a través de una aplicación en su teléfono móvil inteligente.
No llegará cualquier vehículo, sino exactamente el necesario para la ocasión, limpio y con el estanque de bencina lleno, sin importar por cuánto tiempo lo necesite pues la disponibilidad podrá variar según el lugar de residencia. Cuando haya terminado el automóvil se irá solo.
Usted no pagará por el vehículo, sino por los kilómetros utilizados. Será una nueva forma de viajar. Y de vivir.
Bajemos a primera. ¿Necesita una camioneta sólo un par de fines de semana al año? La autonomía podrá permitir esto fácilmente sin una visita a la empresa de arriendos de autos.
Se espera que dentro de una década, las grandes automotrices y los actores menores competirán por el privilegio de enviar a los consumidores vehículos a la carta, para un viaje de un solo trayecto, una tarde, un fin de semana, un mes. Pagará por lo que realmente necesitará.
Estas transacciones se realizarán a través de sus tarjetas de crédito, con la velocidad y facilidad que ello implica.
¿Caerán las ventas de autos nuevos? No hay certeza, pero se estima que en los mercados maduros, el volumen de ventas se mantendrá bastante estable.
No obstante, no son pocos quienes estiman que se venderán más autos, pues estos tendrán un uso más intensivo. Como estarán todo el día en la calle sumando kilómetros, el mayor desgaste se traducirá en un recambio más rápido. Los depósitos de autos viejos se llenarán más rápidamente y desde las líneas de emsamblaje tendrán que salir más autos nuevos.
Además, cambiaría el número de pasajeros que usarán cada vehículo, incluyendo el gran mercado sin explotar de quienes hoy no conducen.
"La tecnología de nivel 4 AV permitiría, cuando los vehículos no necesiten un conductor humano, el transporte de ciegos, discapacitados o de los que son demasiado jóvenes para conducir", dice la consultora Rand Corporation en un informe sobre el tema.
"Entre los beneficios para estos grupos, estarán la independencia, la reducción del aislamiento social y el acceso a servicios esenciales", añade el documento.
Estos mismos beneficios devolverían movilidad a millones de personas que están al margen, incluidos los ancianos, los pobres y los que han perdido sus privilegios de conducir debido a su historial delictivo.
En agosto de 2015, Morgan Stanley casi duplicó su precio objetivo de la acción de Tesla, a US$ 465, basado en un análisis del hasta ahora secreto plan de movilidad compartida del fabricante de autos eléctricos.
"Vemos esto como una oportunidad de negocios", escribió Adam Jonas, analista de Morgan Stanley. "(Podría) más que triplicar los posibles ingresos de la compañía para 2029".
Además, las nuevas generaciones están marcando otras pautas de consumo. No hay duda que conforme avanza el tiempo, los jóvenes que vienen atrás marcarán intereses muy diferentes a sus antecesores.
Sus conceptos del éxito son muy dispares.
Ser dueños de departamentos y/o un automóvil representaba un alto estatus social, éxito ante las masas; sin embargo, a un número creciente de jóvenes considerados Millennials ya no le interesa.
Una nueva investigación en EEUU descubrió que ahora se están convirtiendo en la generación de los "inquilinos". Ya no les interesa comprar cosas caras.
Antes de pensar en adquirir un auto, consideran mejor un taxi con la bondad de chofer personal, y resulta más barato que comprar un vehículo propio.
Ahora valoran demasiado viajar, vacacionar, por eso prefieren aventurarse en todo el planeta a través de Airbnb antes que adquirir una casa por muy bonito que sea el lugar. No tienen por qué pagar más por comprar que por arrendar en cualquier país que quieran.
Lo Millennials consideran que comprar cosas, y más si son caras, sólo causan preocupaciones.
Sucede con el automóvil, cuando suena su alarma en la calle, además el riesgo de rayones, desperfectos o hasta accidentes.
Así y todo, la propiedad personal de vehículos no va a desaparecer. Algunas personas poseerán y cuidarán sus autos como hueso santo, pero eso se considerará clásico.
Dentro de unas décadas, los únicos dueños de automóviles serán los aficionados, los coleccionistas y los amantes de los motores rápidos. Todos los demás estarán encantados de compartir.